lunes, 28 de enero de 2008

El Fraude Y El Control Interno


Por: Carlos Olivos Campos



Ya no nos sorprende escuchar o leer en los medios de comunicación que se cometen fraudes en las empresas, tanto públicas como privadas, frente a estas actitudes, qué hace el control interno de las empresas para prevenirlo o mitigarlo o detectarlo?

El fraude es una acción realizada con ánimo de lucro personal con la finalidad de apropiarse de parte o de todo el patrimonio de una tercera persona o entidad; jurídicamente, el fraude se considera como una conducta criminal sancionable en la totalidad de países, ejemplos típicos de fraudes lo constituyen los desfalcos, hurtos, aplicación indebida de políticas contables, supresión u omisión de los efectos de transacciones en los registros o documentos o registro de transacciones sin sustento, etc; según un estudio de Ernest & Young, los tipos de fraude que más preocupa a los ejecutivos son: robo o malversación de activos, crimen informático, corrupción, el crimen organizado, fraudes tributarios y los fraudes en los Estados Financieros; este estudio revela que el 59% de las principales empresas en el Perú ha sido víctima de al menos un incidente de fraude en el 2006; y el 35% fue víctima de más de uno en ese mismo año, de éstas un 12% tuvo pérdidas por más de $ 100,000 dólares y en algunos casos hasta por un monto superiores a $ 500,000 dólares.

Los fraudes se cometen mayormente por la Gerencia, los empleados, el crimen organizado, los clientes o también por los proveedores, podríamos indicar que entre los factores que incrementan actualmente el fraude están el debilitamiento de valores éticos, la creciente complejidad de las organizaciones y de sus operaciones, la carencia de equipos y calidad en las funciones de auditoria interna, los controles internos obsoletos e ineficientes o la legislación desfasada; a esto se añade que las empresas no tienen programas de entrenamiento para prevenir los fraudes, sin tomar en cuenta las consecuencias que de esto se deriva, como son las pérdidas financieras, la reputación de la empresa, la afectación de la moral y el clima y las relaciones internas.

Existen fraudes en los almacenes, como por ejemplo en sustracciones de existencias para el consumo de los trabajadores, fraudes en la recepción de existencias; fraudes con el efectivo, como la sustracción de dinero, emisión de factura por un importe inferior al realmente vendido, retención de donaciones, incremento del importe de los descuentos, robo de cheques, falsificación de endoso, cobro de cheques antiguos no cobrados, carga en alguna cuenta distinta a de la de caja cuando se recibe dinero en efectivo de los clientes; fraudes en las cuentas por cobrar como cargos en la cuenta de cobranza dudosa y abonos en las cuentas de clientes ficticios, dar de baja en la contabilidad a determinadas cuentas considerándolas como incobrables y cuando se cobran no se ingresan en libros la percepción del dinero etc.

El descubrimiento de fraudes no es una tarea sencilla, especialmente cuanto más hábil sea el empleado que lo realiza y cuando actúa en colusión con uno o más empleados, habitualmente suele transcurrir mucho tiempo antes de que se les atrape; en todo caso, las deficiencias de los sistemas de control interno propician este tipo de delitos.

El control interno, es un proceso cuyos objetivos son: prevención de fraudes y protección de los activos, promover la eficacia, adherencia a las políticas empresariales, reducir la posibilidad de error y encubrimiento de fraudes, correcta captación de la realidad económica y verificar la correcta elaboración de los estados financieros.

El control interno no debe limitarse a emitir opinión sobre la razonabilidad de los estados financieros, sino que debe intentar una mayor integración en la empresa, contribuyendo a su mejor funcionamiento mediante sus recomendaciones y comentarios.

Puede el control interno ser tan eficaz que pueda evitar los fraudes o errores? Ningún sistema de control interno puede ser tan eficaz, se puede lograr minimizar el fraude pero no erradicarlo; la única forma de hacerlo es establecer un código de ética, una política antifraude, implementar procedimientos específicamente diseñados para identificar actividades potencialmente fraudulentas, sanciones más drásticas, etc; sin embargo, todo programa antifraude no tendría éxito si es que el trabajador no está adecuadamente formado desde el seno familiar; una familia donde la práctica de los valores sean un estilo de vida; también es importante mencionar que en la formación profesional de los futuros empleados o ejecutivos de las empresas; se deben incluir temas de ética profesional y buenas practicas; y creo que ahí debe estar el trabajo del docente de educación superior, el forjar buenos y honestos profesionales para un mañana diferente.